jueves, 17 de febrero de 2011

Verano caliente



Fue un verano caliente. Tal vez hubo otros más tórridos, pero este no se quedó atrás en la beligerancia de los termómetros y de los ánimos sociales y políticos.
Todo comenzó cuando un grupo multitudinario de desposeídos tomó instalaciones del denominado “Parque Indoamericano” en Villa Soldati, para reclamar una vivienda digna. Ahí nomás, los vecinos del barrio se manifestaron a favor de la protesta y hasta llevaron alimentos y colchones para que se cobijaran los miserables acampantes. El jefe de gobierno porteño tomó rápidas cartas en el asunto y anunció un gigantesco plan de viviendas para paliar la necesidad de los más humildes. Sin tener en cuenta los dichos de algún grupo minúsculo que decía que los ocupantes eran extranjeros, sostuvo que las viviendas serían “para todo aquel que lo necesite, ya que nuestro país siempre abrió los brazos para los hermanos de todas las latitudes que deseen habitar el suelo argentino”.
Pocos días después, se produjeron incidentes frente a la Estación Constitución, debido a que por una protesta de trabajadores despedidos del ferrocarril, muchos usuarios se quedaron sin servicio de trenes. El escándalo no pasó a mayores, gracias a la decidida acción de la Policía Federal que supo prevenir los desbordes violentos. Eduardo Duhalde, a quien se vinculaba con los episodios, se puso a disposición de la justicia para aclarar lo sucedido. Y decidió bajarse de su candidatura presidencial, arrepentido por haber agitado la violencia y por su responsabilidad en las muertes durante la feroz represión que su gobierno ordenó en 2002, en el Puente Pueyrredón. El gobierno nacional no se quedó cruzado de brazos, y mediante su secretario de Transporte anunció la puesta en marcha de un plan ferroviario nacional que incluye el retiro de los actuales concesionarios del servicio urbano de pasajeros y la modernización de todas las líneas ferroviarias, para recuperarlas de su paupérrimo estado actual.
A principios de mes también estalló otro escándalo: la detección de trabajadores en condición de esclavitud en explotaciones agrícolas, entre ellas en uno de la compañía Nidera. El escarmiento social no se hizo esperar: la UATRE, liderada por Gerónimo “Momo” Venegas organizó un paro a nivel nacional, con movilización y cortes de rutas frente a las instalaciones de las empresas cuestionadas. A la jornada de lucha se sumaron la CGT y la CTA, bajo la consigna: “Somos libres. Ni un trabajador esclavo en la Argentina”.
Hace pocos días se conoció la detección de un cargamento de armas, medicamentos y drogas no declarados en un avión de la Fuerza Aérea estadounidense en el aeropuerto de Ezeiza. La situación se agravó, debido a la negativa de las autoridades norteamericanas a colaborar en el decomiso del cargamento irregular, lo que suscitó un diferendo diplomático. Ahí sí la sociedad saturó su punto de ebullición: una masiva manifestación frente a la Embajada de Estados Unidos, reclamó a las autoridades de ese país que se sometan a las leyes argentinas. Se pudo ver a miles de vecinos de Palermo chico bajar de sus edificios con cacerolas en las manos, al grito de: “Patria sí, colonia no”. Los epítetos contra Barack Obama, Hillary Clinton, el Pentágono, la CIA, el FBI y hasta la embajadora Vilma Socorro Martínez no tardaron en llegar…

Me desperté sofocado. Mi cuerpo era un río de sudor. El ventilador estaba en su máxima potencia, la ventana abierta de par en par. Tuve que correr rápido al baño para refrescar mi cabeza y mi cuerpo. Mientras el agua corría por mis sienes recordé a mi abuela cuando me decía: “Nene: no comas muy pesado a la noche, que después soñás…”

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