jueves, 16 de septiembre de 2010

Lo que escriben los lápices




El 16 de septiembre de 1976 diez estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra "el accionar subversivo en las escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".
Recuerdo haber visto la película "La noche de los lápices" una tarde en la biblioteca del Colegio Nicolás Avellaneda. Debía estar en 2º o 3º año. Los ojos abiertos, el silencio que se cortaba con un cuchillo, las lágrimas que asomaban y mojaban las caras de varias compañeras. Si bien era un colegio cuyo rector era miembro prominente de la APDH (el recordado Raúl Aragón), muchos de nosotros recién nos enterábamos y veíamos plasmadas en la pantalla algunas de las atrocidades cometidas por la dictadura genocida.
Sin embargo, la sensación que quedaba de aquella película, en ese momento histórico - pleno alfonsinismo - era la idea: "Pobres pibes... ¡y sólo por reclamar el boleto estudiantil!"
Años después leí algunas otras cosas. Y hasta conocí a Jorge Falcone, hermano de María Claudia, poeta y compañero. De a poco fui formando una imagen más integral de aquellos pibes. Detenidos-desaparecidos por su militancia social y política, por sus ideas, por su compromiso. No sólo por pedir un boleto estudiantil.
Hoy, tras más de dos décadas y media de democracia, la intención de gran parte del establisment político y económico de "desideologizar" a la juventud, felizmente ha fracasado. Los pibes están reclamando por una educación de calidad, por sus derechos, por un país mejor. Para todos.
Y es una muy buena noticia. Saber que, a 34 años, de aquella infausta noche, los lápices siguen escribiendo.

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