lunes, 18 de mayo de 2009

La angustia de Gabriela


Pudo haber sido la protagonista de una tragedia griega o de alguna película de cine psicológico de los años ’60. A Gabriela Michetti le tocó otra realidad: ser la segunda figura política de la ciudad más importante del país. Pero un día debió partir a dar la batalla por una humilde banca en el Congreso. Celos, intrigas, intereses espúreos y conflictos existenciales.


Por Fernando Casasco
(Publicado en la edición de Mayo de 2009 del periódico El Barrio Villa Pueyrredón)

La historia comienza en la localidad bonaerense de Laprida, donde Marta Gabriela Michetti nació el 28 de mayo de 1965, en el seno de una familia acomodada. Tuvo a muy temprana edad una señal de su destino: a los seis años el horóscopo de un chicle Bazooka le confirmó que su futuro estaría relacionado con "la política y la diplomacia". En la adolescencia se unió a equipos asistenciales de la Iglesia e integró la juventud del Rotary, todo muy apropiado para una chica bien. En 1988 Gabriela se recibió de licenciada en Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador. Luego cursó una Maestría en temas de integración económica y realizó posgrados en Suiza y Canadá.
En la gestión pública comenzó su carrera como asesora de la Comisión de Gestión Internacional de la Provincia de Buenos Aires en 1989. Se acercó políticamente a la Democracia Cristiana, de Carlos Auyero, como militante de la agrupación Humanismo y Liberación. La oposición de su líder político al gobierno de Carlos Menem no le impidió a Michetti ingresar como cuadro técnico en la Subsecretaría de Industria y en la de Comercio exterior, del Ministerio de Economía conducido por el ultraliberal Roque Fernández, entre los años 1996 y 1999. En enero de 2000, ya asumida la Alianza, fue nombrada directora de Negociaciones Comerciales Internacionales del Ministerio de Economía. Y trabajó para el BID y el Banco Mundial entre 2002 y 2003.
Parecía que su actividad profesional y su militancia política corrían por distintos carriles. Pero no fue tan así. En una época dominada por tecnócratas, su perfil encajó a la perfección en el flamante armado político de Mauricio Macri, Compromiso por el Cambio. En el partido del empresario, esta especialista en normas de la Organización Mundial del Comercio encontró gente con ideas afines al libre mercado por el que ella trabajaba. Por ejemplo, Michetti acercó al PRO al actual ministro de Educación de la Ciudad, Mariano Narodowski, un pedagogo partidario de entregarle la educación a los sectores particulares, con subsidio estatal.
La vida privada de Michetti tuvo un hito insoslayable: en noviembre de 1994 un accidente automovilístico la dejó postrada en una silla de ruedas. Pero ella supo hacer de su debilidad, uno de sus puntos fuertes. Confesó que para su recuperación contó con "recursos no sólo económicos, sino también afectivos". Por entonces, Michetti estaba casada con el periodista Eduardo Cura (luego se separaron) y tenía un hijo de dos años. "Otra clave fue mi fe. Yo soy muy creyente y vivo la religión no desde el temor ni desde el castigo, sino desde los valores", agregó.
Para esa carrera política que ya se avizoraba, la noción del esfuerzo y la superación personal que implica sobreponerse a un golpe de tal magnitud, constituyó un valor en sí mismo. "No me gusta posicionarme ni como feminista ni como discapacitada: prefiero mostrarme como soy, sin los rótulos de mujer en la política o discapacitada en la política. Y desde ese lugar peleo el día a día", señala.

Paso al frente
En 2003 arribaría a una banca en la Legislatura porteña. Allí comandó el bloque macrista "puro", de Compromiso para el Cambio, diferenciado por esa época de los justicialistas y radicales aliados al presidente de Boca, que formaban Juntos por Buenos Aires. Fuentes legislativas aseguraban en aquella época que el recelo y la antipatía de Michetti por estos aliados eran un dato clave para entender la separación.
Desde ese puesto, Michetti fue una de las voces más decididas en la comisión que investigó las falencias de la gestión de Aníbal Ibarra en la masacre de República Cromañón y una de las que impulsó la destitución del jefe de gobierno. "Cromañón debería marcar una bisagra en la política argentina", señalaba Gabriela. Ese juicio político marcaría el fin del gobierno del ex fiscal y el salto a la notoriedad de la legisladora.
Entre aciertos propios y errores ajenos, Macri se convirtió en favorito para las elecciones a jefe de gobierno de 2007. Sin embargo, le faltaba algo. Miró hacia los costados y encontró en Michetti la "cara humana" o el factor compasivo que le faltaba a su fría imagen de empresario. También para ciertos sectores medios aparecía como una defensora de valores republicanos, en los que el líder del PRO no aparecía tan sólido. Y como uno de los oídos más atentos a los dictados de la Iglesia. Fue el tiempo del slogan: "Con Mauricio y Gabriela, va a estar bueno Buenos Aires". Y Mauricio y Gabriela lograron lo que querían: en la segunda vuelta electoral obtuvieron más de 1 millón de votos.
Según la Constitución de la Ciudad, el vicejefe o la vicejefa de Gobierno tiene entre sus atribuciones presidir la Legislatura, "quien la representa, conduce los debates, tiene iniciativa legislativa y vota en caso de empate". Sin embargo, Michetti nunca encontró mucho apego por esta función. Entre diciembre de 2007 y noviembre de 2008 faltó en 40 de las 43 sesiones. Ella se escuda asegurando que la ciudadanía no la votó "para tocar la campanita". Y alega que tiene a su cargo áreas ejecutivas como la Subsecretaría de Derechos Humanos o el Programa del Bicentenario.
"Con Mauricio compartimos una obsesión – declaraba Gabriela el día que se presentó la fórmula-: hacer creíble que el cambio es posible". Pero los cambios no siempre van en el sentido correcto. Un ejemplo de esto es la desastrosa gestión educativa de su protegido Narodowski. Otro es el caso de las tintorerías barriales, que vienen denunciando la situación de discriminación a la que son sometidas. Por una norma impulsada por la propia Michetti cuando era legisladora, se les impone multas de hasta 50 mil pesos por la utilización de un componente contaminante en el proceso de limpiado a seco. En cambio, las grandes cadenas de tintorerías, que utilizan la misma sustancia, no son inspeccionadas. Por casualidad o no, la presidenta de la cadena más importante, "5 á sec", es Silvina Michetti, hermana de la actual vicejefa de gobierno.

Momento de decisión
De cara a las elecciones legislativas de 2009, el PRO no tenía demasiadas opciones. Desde el año pasado ya se mencionaba el nombre de Michetti para encabezar las listas porteñas. Sin embargo, esa decisión terminó provocando fuertes tironeos dentro de la fuerza.
La propia Michetti admitió sentir "cierta tensión, cierta angustia" por el dilema de aceptar o no la candidatura a diputada nacional. Afirmó que, si era candidata, rompería " una de las reglas que creo que hay que respetar". Pero tanta fue la presión interna que terminó cediendo, contra su voluntad. Sus rivales internos se alegraron. En la conferencia de prensa en la que anunció su postulación, se diferenció de las "candidaturas testimoniales" que propone el kirchnerismo y anticipó que renunciaría a su cargo para encarar la campaña. El cargo ejecutivo tan importante que había asumido en diciembre de 2007 es así abandonado un año y medio después para buscar una banca entre 257. Pero ahora lo hace "para defender los intereses de la ciudad". Lógicas discursivas difíciles de comprender.
Líder en las encuestas, Michetti se asoma ahora a la posibilidad de un triunfo a nivel personal que la ponga definitivamente en los primeros planos de la política. Incluso caería por su propio peso una candidatura a jefa de gobierno si es que en 2011 su jefe se anima a jugar en las grandes ligas nacionales. Pero claro, para candidatearse en dos años tendrá que traicionar el mandato que los porteños le den el 28 de junio. Y habrá que ver si entonces podrá superar otra vez la angustia que la persigue.

1 comentario:

  1. Micheti tiene posibilidades de ganar solamente con un electorado como la clase media porteña. Además cuenta con la propaganda que le hacen los medios. En otro punto de la Argentina, sería una desconocida.
    Está bueno tu blog!!!
    Saludos
    Mona

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